lunes, 15 de junio de 2009

Desarrollo Morfosintáctico en Niños Menores de 3 Años

Introducción.

Mediante un estudio aplicado a 24 niños con un rango de edad comprendido entre los 2.5 años ±7 días, se quiso comprobar y evidenciar la relación existente entre el nivel de complejidad en la elicitación morfosintáctica y la longitud media de enunciado (L.M.E). Para ello se obtuvieron diversas muestras de habla de duración aproximada de 30 minutos cada una. El método aplicado constaba de tres etapas; la primera enfatizaba la importancia de lograr un ambiente cálido para el niño a través de juegos, la segunda, basada en la descripción de un cuento, pretendía generar la expresión de morfemas verbales y utilización de artículos, junto con la comprensión de comparativos, entre otros. Por último, la tercera parte, tenía por objetivo lograr la elicitación de preposiciones y algunos morfemas verbales.


De esta forma, los resultados conseguidos fueron clasificados en distintas categorías

Interrogación

En este apartado, los niños son instados a expresar oraciones interrogativas, basadas tanto en la entonación como en el uso de partículas interrogativas. El procedimiento dio como resultado que la totalidad de los niños efectuaban interrogaciones con la prosodia adecuada, mientras que solo el 79,17% utilizaba pronombres o adverbios, destacando de sobre manera la presencia del iniciador que, usado incluso en situaciones poco atingentes (¿qué se llama?). Según lo observado, los menores son agrupados de acuerdo a su “riqueza” o “pobreza” gramatical, la que está determinada por la comprensión y expresión de preguntas. Se considera de mayor complejidad aquellas elicitaciones que presencien adverbios (cómo, cuándo, dónde, etc.) frente a otras que reflejen el uso de pronombres (qué, para qué, etc.). Así se propone una relación directa entre dichos parámetros, si el pequeño posee “baja” riqueza posiblemente tendrá mayores dificultades a la hora de entender la pregunta y viceversa.


Negación

En este aspecto se consideran, al igual que en el anterior, diferentes niveles de producción de oraciones. De esta forma, el 100% de los niños niega simplemente con un no y paralelamente, la cantidad disminuye al obtener oraciones negativas completas.

Se observa preponderantemente el uso del no, comparado con el adverbio tampoco (12,5% lo utiliza). Ahora bien, el caso antagónico, revela que las afirmaciones presentan un mayor nivel de correlación, puesto que un elevado porcentaje de menores evidencia tanto expresiones de sí como del adverbio también.

Por otro lado, cabe destacar la gran supremacía que existe respecto a la utilización de la conjunción afirmativa y, en contraste con la escasa utilización de su análoga en forma negativa, ni.


Modelos oracionales

Variadas son las estructuras oracionales producidas por los niños, así, según la frecuencia con que son registradas pueden ordenarse de la siguiente forma:
- Sujeto desinencial y verbo.
- Sujeto, verbo y atributo predicativo.
- Sujeto, verbo y complemento directo.
- Sujeto, verbo y complemento adverbial acompañado frecuentemente por el uso de preposiciones, en la mayoría de las veces.
- Sujeto, verbo y adverbios de lugar, modo y tiempo.
- Sujeto, verbo, complemento directo y complemento adverbial. Resultado de la unión de dos comentarios que poseen el mismo sujeto y verbo.
- Sujeto, verbo y complemento indirecto
- Verbo impersonal y complemento directo.
- Verbo impersonal, complemento directo y complemento adverbial.
- Sujeto, verbo, complemento directo y complemento indirecto.
- Verbo impersonal y complemento adverbial.
- Sujeto, verbo, complemento directo, complemento indirecto y complemento adverbial.
- Sujeto, verbo, complemento indirecto y complemento adverbial.
- Sujeto, verbo, atributo predicativo y complemento adverbial.

Dentro de este universo de posibilidades, los resultaron demostraron que el elevado número de oraciones constituidas de forma simple, iba disminuyendo a medida que la frase verbal aumentaba la cantidad de determinantes del verbo.

Referente a los tipos de verbos dichos por los evaluados, ellos fueron elicitados en tiempos simples y compuestos (por medio de la partícula haber), además de presentar ciertas perífrasis. Por otro lado, no fue posible obtener comprensión ni expresión de verbos en voz pasiva.

Coordinación

De acuerdo a los resultados de la muestra, alrededor del 41,66% de los pequeños narra a través de oraciones compuestas coordinadas, las que han tendido como nexo copulativo la partícula y, y la adversativa pero.


Subordinación

El 58.3% de los sujetos evaluados elabora, durante sus emisiones, oraciones complejas o subordinadas.

Muchas superposiciones de oraciones podrían ser consideradas como oraciones subordinadas, sin embargo, en la investigación que se aborda en el presente trabajo, han sido establecidos ciertos criterios para determinar la existencia de dicho fenómeno morfosintáctico, donde el más relevante es el que dice que para calificar una oración como subordinada es fundamental la presencia de todos sus elementos previamente definidos (una oración principal más una subordinada, unidas por un nexo o partícula subordinante). Dentro de este 58.3%, un 71.43% elicita las oraciones subordinadas en base a relativos. El porcentaje restante corresponde a elaboraciones en base a adverbiales comparativas (de lugar, temporales, causales, condicionales y modales).

Género y número

En estos aspectos todos los niños de la muestra evidencian un claro dominio. Lo que no resulta fácil, en ocasiones, es la evaluación de la asignación de plural o singular, debido a al fenómeno fonológico de aspiración.
En cuanto al género, no se obtienen resultados especiales que sean dignos de explicitarse. Las concordancias que se producían entre artículos u otro tipo de presentadores, al momento de incluirlos en una oración, eran bastante aceptables de acuerdo a lo esperado.


Artículos

El 85% de los niños evaluados elicita un buen uso de artículos, predominando las formas singulares. La discriminación entre artículos determinados e indeterminados, de acuerdo al contexto de una determinada oración no presenta dificultades en general.

El 4.16% de la muestra no utiliza artículos durante la prueba y el 8.33% restante utiliza un protoartículo, utilizado para cualquier género y número. En esta ocasión el protoartículo se corresponde con el uso de una forma vocálica (/a/ constreñida).


Adjetivos presentadores

En la muestra de la investigación los adjetivos presentadores se dividen en cuatro grupos:

- Demostrativos: en orden de utilización de los adjetivos, por parte de los jóvenes se encuentra en primer lugar (en orden creciente) el demostrativo este(a) (62.5%), en segundo lugar ese(a) (33.33%).
- Posesivos: el 42.6 % de los niños de la muestra utilizan esta clase de palabras. En esta etapa del desarrollo la forma más frecuente es la primera persona singular, debido al carácter egocéntrico de la etapa. No podemos por esto dejar de lado la elicitación de segunda y tercera persona, que por lo demás, al igual que la primera persona, se presentan en forma singular.
- Indefinidos: el adjetivo indefinido “otro” es el más común dentro de las elicitaciones totales de los 24 niños (79.16%). Predominan, al igual que en el texto anterior la forma singular.
- Adjetivos numerales, como una cuarta clasificación es dejada un tanto de lado, debido a su baja frecuencia.


Pronombres

Los del tipo personal, con función nuclear son empleados por el 66.66% de los niños. La forma más frecuente se presenta en primera persona y nuevamente predomina la singularidad, excluyendo por completo al aspecto plural. Por otro lado, pronombres personales, cumpliendo función de complemento, fueron empleados en el 79.16%.
De los pronombres demostrativos el más utilizado por los niños de la muestra fue éste(a), empleándose, como es ya común en forma singular.
La forma neutra (esto) se detectó con bastante frecuencia dentro de las elicitaciones.
Dentro de la tercera categoría, correspondiente a los pronombre indefinidos, el mayor puntaje se adjudica al pronombre otro(a) con un 62.5%.
Verbos

Se obtuvo, que desde la perspectiva del progreso gramatical, las formas verbales correspondientes al pretérito indefinido, pretérito imperfecto del indicativo y condicional simple, eran menos significativas. El resto de los tiempos, fueron encontrados en aquellos niños que manifestaron una mayor riqueza gramatical.

Se observó además, que el presente del subjuntivo fue el tiempo que presentó mayor frecuencia de usos erróneos, y que existía presencia del modo imperativo, en todos los sujetos que emplearon verbos.

Con respecto a la concordancia de personas con sus morfemas verbales, en general se encontró un correcto uso, aún cuando se dieron faltas.

Se observó que muy pocos niños utilizaban formas verbales que expresaran un significado más complejo y preciso.

En cuanto a la voz reflexiva, ésta era utilizada por la mayoría de los niños.


Adverbios

Se encontró que “sí” y “no” eran los adverbios más utilizados entre los niños. Con respecto a los otros adverbios de afirmación y negación, se observó que el uso de “también” estaba muy por encima del de “tampoco”.

En relación a los adverbios que denotan circunstancia, los más frecuentes corresponden a los de lugar, que en ocasiones se encuentran unidos a preposiciones o adjetivos, formado lo que se conoce como locución adverbial. A continuación se encuentran los de tiempo, luego los de modo, y finalmente los de intensidad.

En cuanto a los adverbios relativos, su presencia se dio en las emisiones de aquellos niños que presentaban mayor grado de complejidad gramatical. Por su parte, no fue posible encontrar adverbios relativos de intensidad, así como tampoco, de modo.

Los adverbios interrogativos aparecieron en muy pequeña cantidad.


Preposiciones

Se observó la frecuencia con que los niños las utilizaban, lo que en orden decreciente estaría dado por: “en”, “con”, “a”, “de”, “por”, “sin” y “hasta”.

Se dieron casos en que se observaban sustituciones de ciertas preposiciones, por otras más primitivas.





Conjunciones

Según la frecuencia con que los niños las utilizaban, y en orden decreciente, se observa: “y”, “pero”, “como”, “que”, “porque”, “si” y “para que”.

Con respecto a la conjunción “y”, se observó que esta no siempre era utilizada con función coordinativa, ya que también sirve como nexo en gran número de oraciones complejas.

“Porque” fue la conjunción que más errores presentó en su uso.


Longitud media de enunciado (L.M.E.) y su correlación con la riqueza gramatical

La L.M.E. se obtuvo dividiendo el número total de palabras entre el número de emisiones.

Se calculó también el coeficiente de correlación entre L.M.E. y el número de elementos morfosintácticos encontrados en las emisiones de los niños, con el fin de corroborar su efectividad como indicador de la complejidad gramatical, obteniéndose el resultado siguiente: r=0,8402. De lo anterior se obtuvo, que L.M.E., por si sola, es capaz de otorgar información efectiva acerca de la complejidad gramatical de un hablante infantil, con lo cual fue posible afirmar la existencia de una relación directa, entre ambas variables.


Conclusión.

Cabe destacar que el tamaño de la muestra es muy reducido para generar conclusiones categóricas, pero que a pesar de ello se podrían evidenciar algunas tendencias.

En resumen, las competencias morfosintácticas que debieran estar presentes en la mayoría de los niños de 2 años y medio son:

- Los niños se muestra un desempeño favorable ante la producción de oraciones interrogativas, aproximadamente el 75% las expresa en base a la entonación o uso de partículas interrogativas (primordialmente que)
- Elicitan frases y oraciones de negación.
- Sus modelos o estructuras oracionales son en su mayoría de forma simple, lo que implica un número más bien reducido de determinantes y complementos. Básicamente son del ose en los tipos:
o Sujeto y verbo
o Sujeto, verbo y atributo predicativo
o Sujeto, verbo y complemento directo
o Sujeto, verbo y complemente adverbial
- Respecto a la variedad verbal, los menores expresan verbos fundamentalmente en modo indicativo, en los tiempos presente y pretérito perfecto.
- En relación al empleo de pronombres, en el caso de que estos sean personales, su uso se da como función de complemento en posición proclítica (se lo doy) y enclítica (dámelo).
- Concordancia de género y número entre el núcleo del sujeto y los diferentes verbos, se encuentra habitualmente bien lograda.

Adicionalmente, es posible proponer un orden de adquisición de signos morfosintácticos, teniendo como criterio el porcentaje de niños que emplea cada uno de ellos, y tomando como base la hipótesis que indica que este orden de adquisición, es consistente interindividualmente.

En base a lo anterior, se proponen 10 pasos a seguir, como forma de ayudar a la labor del fonoaudiólogo en su actividad con niños que presenten alteraciones en el área morfosintáctica del lenguaje.

Los 10 pasos propuestos son:

1. Interrogaciones por medio de la entonación.
Estructuras de frase: SV y SPrV.
Verbos: forma activa y reflexiva.
Tiempos: presente del indicativo.
Adverbios: si / no.

2. Estructura de frase: SVCd SVCa (Ca normalmente es adverbio).
Artículos (predominio casi exclusivo del singular).
Pronombres: demostrativos.
Tiempos verbales: pretérito perfecto del indicativo.
Adverbios. Ahí.

3. Interrogativas con iniciador (prodomina el prnombre relativo “que”).
Oraciones negativas.
Adjetivos presentadores: otro.
Pronombres personlaes en función de complemento.
Demostrativos: esto.
Adverbios: aquí, también.
Preposiciones: en.
Conjunciones: y.

4. Estructura de frase: SVCdCa
Adjetivos presentadores: demostrativo: este, esta
Pronombres: personales con función de sujeto.
Demostrativos: ese, esa.
Indefinido: otro, otra.
Forma Verbal: gerundio.
Adverbios: allí, allá.

5. Pronombre: demostrativo: eso.
Adeverbios: así.
Preposiciones: con, a, de, para.

6. Adjetivos presentadores: posesivos
Formas verbales ir a + infinitivo (valor de futuro)
Posesivos como atributo (tras el verbo
Adverbios debajo, muy (mucho), ahora, arriba
Pronombre relativo: que (se inician oraciones subordinadas adjetivas).

7. Estructura de frase: SVCi
Adjetivos presentadores: ese,-a
Adverbios: nada, más, encima
Preposiciones: de (materia), de (pertenencia), por
Conjunciones: pero

8. Estructuras de frase: ViCd, ViCdCa, SVCdCi
Adjetivos presentadores: mucho,-s
Pronombres: indefinidos: mucho,-s, todo
Tiempos verbales: imperfecto de indicativo, presente de subjuntivo y pretérito indefinido
Adverbios: ya, entonces, detrás, lejos, adentro y el relativo: donde
Conjunciones: como (comparativa)

9. Estructuras de frase: ViCa, SVCaCa, SVCdCiCa
Adjetivos presentadores: indefinidos: poco
Pronombres: indefinido: poco
Tiempos verbales: futuro simple de indicativo
Adverbios: mañana, luego, afuera, bien, tampoco y el relativo: cuando
Preposiciones: de (procedencia), sin
Conjunciones: que, porque

10. Estructuras de frase: SVciCa, SVCaCaCa, SVPrCa…
Adjetivos presentadores: indefinidos, alguno,-s, ninguno
Tiempos verbales: potencial simple
Adverbios: siempre, pronto, de noche, tarde, aún, hoy, ayer, mal
Preposiciones: hasta (límite espacial)
Conjunciones: si, para que.





Bibliografía

- Aguado, G. “Valoración de la competencia morfosintáctica en el niño de dos años y medio”. Recuperado el día 9 de junio del 2009 de http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=48310

Morfosintaxis y discurso narrativo en niños

El lenguaje es una característica específicamente humana que desempeña importantes funciones a nivel cognitivo, social y de comunicación. El medio fundamental de la comunicación humana es el lenguaje oral, éste permite al individuo comprender y expresar ideas, pensamientos, sentimientos y conocimientos. El lenguaje hablado, es parte de un complejo sistema comunicativo que se desarrolla entre los humanos y se da producto de un proceso de imitación y maduración gracias a la riqueza de estímulos que otorga el ambiente.

La adquisición del lenguaje oral se entiende como el desarrollo de la capacidad de comunicarse verbal y lingüísticamente a través de la conversación en una situación, contexto y espacio temporal determinados.

Las recientes investigaciones sobre el desarrollo general de los niños, en conjunto a un mejor conocimiento de los factores de riesgo, hacen posible la detección precoz y prevención de retrasos en el desarrollo del lenguaje.

En el lenguaje se compone de una línea receptiva-comprensiva y otra expresiva. Durante el desarrollo del lenguaje oral, siempre la comprensión antecede a la expresión. Entre un niño y otro sólo habrán unas semanas de variación para el desarrollo de la comprensión, mientras que para la expresión la diferencia puede alcanzar varios meses.

CONDICIONES DE DESARROLLO DEL LENGUAJE

Los especialistas llaman al desarrollo del lenguaje en el niño "desarrollo de la competencia comunicativa". Este proceso se inicia desde las primeras semanas de vida, al observar rostros, gestos y al oír las interpretaciones lingüísticas del entorno. Estas verbalizaciones son imprescindibles para crear un desarrollo lingüístico posterior en el infante.

Durante el desarrollo lingüístico evolucionan distintas capacidades comunicativas, tales como la intencionalidad, la intersubjetividad (transmitir y compartir un estado mental) la reciprocidad (protodiálogo: el niño llora, la madre responde tomándolo en brazos, acariciándolo, hablándole), para alcanzar posteriormente las llamadas “rutinas interactivas” donde el adulto y niño realizan juegos de dar y tomar insertando vocalizaciones. Esto da cuenta de como el lenguaje oral parte de una dimensión social y atraviesa por un proceso de refinamiento continuo.

El primer año de vida es trascendental en el aprendizaje del lenguaje. En este periodo, se afinan una serie de capacidades que le permiten al bebé relacionarse intencionalmente de forma preverbal con el adulto.

El bebé, desde el nacimiento presenta capacidad comunicativa, él puede llorar, gemir, percibir estímulos auditivos y de producir sonidos con valor comunicativo, los que equivalen a la manifestación de sus deseos, expectativas y sensaciones. Por lo tanto, el desarrollo del lenguaje en los bebés pasa de una forma global de expresión, en la que participa todo el cuerpo, a una forma diferenciada, en la aplica actividad vocal, sobre un fondo de expresión y comunicación gestual que implican el inicio de comprensión verbal.

Durante los primeros 15 meses de la vida, el niño tiene una importante evolución de la actividad vocal y perceptiva. A nivel productivo, el niño pasa del balbuceo indiferenciado a la emisión exclusiva de fonemas pertenecientes a la lengua materna. Hacia los 6 u 8 meses de edad, el niño comienza a controlar de cierta forma la fonación y la prosodia.

En el niño, el aprendizaje del lenguaje oral no se da en forma aislada, sino que hay una relación entre el contenido, la forma y el uso del lenguaje. Es decir, para dar cuenta del contenido del lenguaje precisa de aprender a reconocer los diferentes contextos para múltiples propósitos.

Entre los especialistas del lenguaje, existe un acuerdo general en el que, salvo excepciones, es posible que un niño hable bien hacia los tres años de edad. Para que esto ocurra deben darse varias condiciones: normalidad de los órganos lingüísticos receptivos (capacidad auditiva o visual y cortical) y productivos (capacidad de ideación y capacidad articulatoria). También es necesaria la exposición del niño a un contexto socializador y lingüístico adecuado.

Factores auditivos

Para la recepción del mensaje hablado imprescindible una audición óptima. Un retraso en la aparición del lenguaje puede indicar defectos a nivel auditivo.

Factores visuales

Los factores visuales son importantes en la comunicación, ya que las miradas recíprocas desencadenan y mantienen la comunicación. Las expresiones corporales (lenguaje kinésico) acompañan naturalmente al lenguaje oral.

Factores neurológicos y cognitivos

Las habilidades cognitivas (integridad neurológica y las suficientes capacidades) y las competencias lingüísticas están estrechamente ligadas.

Factores ligados a las interacciones padres - hijos

Desde las primeras semanas de vida el niño se comunica a través de mímica, gritos, vocalizaciones, llanto, etc. La madre interpreta que estas formas comunicativas tienen sentido, es decir, considera al bebé como un verdadero interlocutor, al que le atribuye intensiones comunicativas. Esta actitud es particularmente importante en la medida en que prefigura la función social del lenguaje. Frente a los actos comunicativos del bebé la madre responde de manera verbal y/o mimo-gestual lo que tiene un efecto reforzador.

Desde los primeros meses, los niños multiplican experiencias perceptivas a través de los sentidos. Sus padres, al comentar dichas experiencias, le ayudan al menor a organizar su entorno, su relación con las personas, los objetos y las acciones.

Entre los comportamientos no verbales manifestados por los bebés, está el apuntar con el dedo, acto que aparece a los 9 meses y el que a los 12 meses adquiere una función social de comunicación. El niño indica con el propósito de atraer la atención de la madre sobre algún objeto. La madre responde nombrando el elemento o acontecimiento ("sí, es el perro"). De esta forma la madre y el niño están "en sincronía", esto es la base de todo diálogo futuro, ya que ambos interlocutores atraen su atención sobre un objeto o acontecimiento para poder "hablar" sobre ello juntos, lo que se denomina atención conjunta.

Las interacciones lingüísticas tempranas son un pre-requisito para el desarrollo del lenguaje, pero no suficientes para la asimilación del sistema lingüístico. El desarrollo óptimo del lenguaje necesita que exista integridad en las capacidades sensoriales y cognitivas del lactante. Las primeras palabras aparecen entre los 12 y los 18 meses. Hacia los 24 meses, la mayoría de los niños empiezan formar sus primeras frases combinando dos palabras.

Pautas del desarrollo

El desarrollo del lenguaje transcurre en etapas, las que comienzan por un desarrollo prelingüístico. Para hacer posible que se procesen los datos sensoriales y así integrar elementos del código lingüístico (requisitos para la comprensión del lenguaje), son necesarias una serie de condiciones:

- Mecanismos internos propios del niño.
- Experiencia que posea un sentido para el niño.
- Facultades de atención (capacidad de centrar la información para que resulte más relevante para un determinado objetivo).
- Experiencia interactiva para desarrollarse.
- Disponibilidad para la comunicación, tanto física como psicológica, entre el niño y las personas que interactúan con él.

La comunicación entre el niño y las personas con las que interactúa debe cumplir por lo menos con dos condiciones:

- Darse a nivel expresivo (estimulando intercambios conversacionales) y a nivel receptivo (respondiendo adecuadamente a las emisiones hechas por el niño).
- Presentar numerosas frases gramaticales correctas.

Siempre es necesario recordar que cada niño presenta un distinto ritmo de evolución en el desarrollo del lenguaje. No todos empiezan a la misma edad ni coinciden en término del proceso, pero dentro de esta variedad, hay márgenes dentro de los cuales se habla de "normalidad".

En el desarrollo del lenguaje oral se distinguen distintas etapas de adquisición lingüística: adquisiciones prelingüística, lenguaje no combinatorio, adquisición de los fonemas y primer lenguaje combinatorio.
Las adquisiciones prelingüística comprenden de los 0 a los 12 meses de edad aproximadamente, durante éstos meses el bebé pasa de la expresión a la comunicación y de ahí al lenguaje oral. En esta etapa el niño aprende del adulto y su entorno, utiliza los mecanismos básicos de la comunicación a nivel preverbal, recurriendo principalmente a las vocalizaciones, las que evoluciona considerablemente durante los primeros 15 meses pasando de los gritos, llantos y balbuceo al control articulatorio presente en la producción de las primeras palabras.

Entre el fin del primer año y el comienzo del segundo, se desarrolla la comprensión verbal. El niño comprende ciertas palabras y expresiones en contextos determinados antes de expresarse a través de éstas, comprende y utiliza gestos con todo el cuerpo, comprende órdenes sencillas y aprende nombrar cosas.

Luego aparece un primer lenguaje no combinatorio, que se caracteriza por el incremento veloz del repertorio léxico comprensivo y expresivo. Su inicio suele coincidir con la aparición de enunciados de dos o más palabras. Estas primeras palabras se caracterizan por usar un número limitado de elementos fonéticos y parecen ser esfuerzos por expresar ideas complejas, ideas que un adulto expresaría mediante oraciones.

Entre la aparición de las primeras palabras y el final de segundo año hay un incremento lento del vocabulario expresivo y comprensivo. Según indicadores generales, el repertorio receptivo pasa de unas 500 palabras a los 30 meses, 1500 a los 48, 2000 a los 5 años.

La primera vocal expresada suele ser la /a/, y en relación a fonemas consonánticos, los primeros en elicitarse corresponden a la labial oclusiva /p/ y en ocasiones la /m/. Este importante acontecimiento en el inicio de las emisiones lingüísticas, permiten al niño emitir, mediante la repetición vocálica, palabras como papá y mamá.

El desarrollo y adquisición de los otros tipos de fonemas, ya sean estos vocálicos y/o consonánticos, finaliza alrededor de los cinco años de edad. La manera en que el menor esté expuesto a un ambiente en el cual escuche distintas emisiones, incidirá en el tiempo en que demorará en adquirirlos, la forma en que los producirá y la facilidad que tendrá para diferenciar las elicitaciones de los demás.

Entre los 4 y 5 años el menor ya posee la capacidad de combinar palabras y así construir frases de toda índole, permitiéndole así la facultad de expresar algo importante para él, sin tener la necesitad de imitar las emisiones de quienes lo rodean.

Cuando culmina esta fase, importante en el desarrollo lingüístico, los niños ya utilizan verbos, después los adverbios, y finalmente el pronombre “yo”, característico del habla de tipo egocéntrico.

El discurso lingüístico propiamente tal se divide en diferentes fases:

Lenguaje telegráfico

Se caracteriza por una mejor pronunciación, entonación y ritmo en las emisiones y también por la omisión de artículos, preposiciones y conjunciones.
Primeras oraciones

La estructuración de las oraciones se desarrolla en tres niveles:

- Patrón u orden de la frase.
- Clases de palabras y funciones.
- El uso de nexos.



Fases evolutivas de la oración

La oración utilizada es de carácter simple, con estructura sujeto + verbo + complemento. En cuanto a la conjugación verbal, empieza a emplear el futuro y surgen las preposiciones para, por, con.

A medida que pasa el tiempo, van surgiendo diferentes acontecimientos importantes en cuanto al normal desarrollo del lenguaje:

- Entre los 3 y 4 años se observan pequeñas prosodias y juegos de motricidad buco-facial, además de la comprensión de emisiones simples. También se llevan a cabo juegos metalingüísticos (familia asociación). Las frases comienzan a alargarse y se usan las interrogantes.
- De los 4 a 5 años las secuencias fonéticas son más complejas. Se observan juegos metalingüísticos, imitación directa y el inicio del discurso narrativo.
- Entre los 5 y 6 años los juegos fonéticos son más complejos y aparecen los trabalenguas y las rimas. En cuanto a los juegos metalingüísticos, éstos son más complejos (análisis, síntesis, semejanzas, seriaciones). Realiza acciones referidas con el discurso narrativo y con conciencia sintáctica.

Dentro del proceso de adquisición del lenguaje existen tres aspectos significativos:

1. Lenguaje receptivo

Consiste en comprender el lenguaje y adquirir el significado de las palabras, para un buen desarrollo de la semántica. Para ello el niño debe percibir y discriminar diferentes tipos de emisiones, seguir instrucciones y poseer memoria auditiva.

2. Lenguaje expresivo

Permite que el niño se exprese mediante gestos, señas o palabras. Es por esto que debe poseer un vocabulario adecuado y preciso para así construir oraciones gramaticales con un orden lógico y secuencial.

3. Lenguaje articulado

Tiene relación con el funcionamiento de los órganos fonoarticulatorios y corresponde a la etapa final del desarrollo lingüístico. Permite la habilidad de construir sonidos, unirlos y así poder expresar nuestras ideas mediante la formación de palabras.

En cuanto a la presencia de algún tipo de alteración, que desvíe el desarrollo normal del lenguaje, se verá claramente reflejado en los aspectos de expresión y/o comprensión en los niveles fonológicos, morfosintácticos, léxicos y pragmáticos.

Bibliografía

- Calderón, N. “Detección de Trastornos del Lenguaje”. Recuperado el día 10 de junio del 2009 de http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion-temprana/deteccion_de_ trastornos_del_lenguaje.pdf